(En la kermesse de Auristela)
Entre las nubes gordas
oran las del mantel
más una.
La virgen sangra en sus ojos
como las velas
de mi Auristela.
Asciende al cielo
su pie desnudo
ya sin pintura,
más una;
Las perlas cuelgan cincuenta y nueve
del cinturón
más la cascada cien son
Y apunta
su dedo el cielo
hasta mi frente blanca
y a mil.
En el escaparate la vi
la tan huesuda ninguna
de cuello extenso la una
de yeso y látex
la dos.
Exactos los brazos flectados
ya me bendicen a cero.
La de la vitrina quiero con luna
y el maniquí a cien mil
y un sol.
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