Me alinean en los números
Me parten en sistemas o aparatos
Me dividen en minúsculas y me trozan.
Me imprimen en códigos
Me alimentan equitativamente
Me movilizan por kilómetros y me agrupan
Me dicen lo que valgo
Cuanto debo y lo que puedo
Todo lo que mido, lo que peso y me asignan
Se transmuta en guarismo lo que veo
Lo que me falta para ver y para ser.
Me acotan este dial donde sintonizo
La longitud de onda que me corresponde.
Tabula vitae se titula este poema y mi orina.
Todo lo debo, mi trabajo, mis monedas
el aire que respiro o pago, No sé.
Califican mi trabajo, mis años de estudio y mi esposa.
Mis años de servicio, los años que he vivido
Los útiles que me faltan por vivir
Mi metro cuadrado, mi enrolado domicilio y mis hijos.
Mi calle numerada, mi casilla en la necrópolis
Ojalá que mi muerte fuere súbita
Que el resto de mis presas aún palpite y me trocen.
(Según el grupo de sangre al que pertenezco).
Una vez al año me toca tres veces al día lo que fuese
No da para más mi coeficiente y me mienten.
A cambio
Me protegen con aislantes, con vacunas
Con armadas, con censuras y me cagan.
Y me prometen cursos de verano
Un entierro con honores
Y un cielo propio con perdones
Y yo les creo.
Pero esta cuestión no va a resultar
Porque sé cuantos pares son tres moscas
A menos que me engañen...
y yo importe un bledo.
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